martes, 19 de octubre de 2010

Desnudos de estrellas


Dicen que cuando desnudos frente al cielo, la noche desaloja cualquier nube y nos expone a las estrellas, y dicen que es como un brillo atemporal, fuimos, estamos siendo y ya no importa si seremos, porque ahora, en este fugaz instante hay un jadeo infinito que agoniza decido firmemente a no morir.

Gono Rea Lew

Ay ese desnudo que se estrella bajo el cielo de las sábanas, ese cielo de nosotros que rompe la inmovilidad, que eterniza el movimiento en un escándalo de jadeos que le pelean al tiempo, que se niegan a dormir, que destrozan la armonía, que la completan, que nos deshacemos en uno mismo de los dos. Que nos hacemos en los besos que no se calman, porque nuestros besos hacen besos y arden jugos que nos ardemos, que nos cabalgamos, que ahora salvajes, que nos jadeamos y nos nacemos en más besos llenos de besos…

…hasta que el día y la puta responsabilidad, y la distancia que te extraña, y el teléfono, y tu voz que me abraza, y por fin las estrellas del jueves, del sábado, del domingo, del martes, y por fin las estrellas que saben desnudarte, y por fin las estrellas atemporales que nos hacen el amor y nos hacemos brillando jadeos de bocas que ya no pueden dejar de ser besos, de cuerpos desnudos, deshechos que se jadean, que se hacen, que no les importa si serán, que sólo saben que están siendo.

Isabel Estercita Lew

sábado, 9 de octubre de 2010

1492 Los conquistadores y sus pobres espejitos no borgeanos


Antes de encender el fuego que me reduciría a carbón y ceniza, un sacerdote me promete gloria y eterno descanso si acepto bautizarme. Entonces pregunto:
-En ese cielo, ¿están los cristianos?
-Sí.
Elijo el infierno y la leña empieza a crepitar.

***Gono Rea Lew, y mucho antes Galeano

Los conquistadores con sus referidos y referentes espejos, espejaron nativos rostros faltos de malicia. La entrega del oro podría haber sido un mero presente para ellos, pero ese brillo cegador en el rostro de los visitantes, auguraba además de la infamia, todos los despojos, todos los sufrimientos, todas las humillaciones y de todas las muertes la peor, la que despojaba de todos los recuerdos, de todas las memorias, la que condena a no haber existido.

En los humilladeros, y ante la muerte, entre el cielo del dios de los cristianos y morir bailándole al fuego del infierno, los salvajes elijen lo último. Pues a este, solo llegan los que de cuerpo y alma, o como se llame, andan desnudos, los que hacen el amor bajo el cielo, los que ignoran la culpa y por esto, el perdón.

En el infierno, y gracias al calor, el olvido definitivo tuvo sus fallas, y la condena a la no existencia no fue tal cual se creía, o quizás Jung y sus teorías de inconcientes y memorables colectivos lo echó todo a perder. Lo cierto es que aquí estamos, nutridos de endiablados sémenes extranjeros, expuestos a banderas coloridas y portaciones de rostros originarios, aquí estamos los negros, los cabecitas, los cabezas, algunos bailando *cumbias villeras, otros buscando huir de la cárcel, otros deseando techos más allá de las estrellas, otros empecinados en escribir la historia de muchos que sumieron tras los espejos de 1492.

Por suerte advinieron los espejos de Borges y sus animales



*Cumbias villeras: La denominación surge para identificar un tipo de música cuyos autores, intérpretes y personajes de sus letras pertenecen o pertenecieron al mundo de poblamientos carenciados, históricamente conocidos con la cruda y contundente denominación "villas miserias"

***Memoria del Fuego Eduardo Galeano

Isabel Estercita Lew

viernes, 1 de octubre de 2010

Ecuador libre!

En America del sur caminamos firmemente hacia la unidad respetando nuestra pluralidad, historias y culturas. Pocas cuestiones inquietan más al pensamiento conservador que la diversidad cultural y la tolerancia a las diferencias que ponen en peligro la pérdida de las viejas condiciones hegemónicas de raza, dinero, mayorías, conocimientos, etc .

Queremos un mundo mejor que no solo es posible sino imprescindible, no nos dejarán concretarlo en paz. No será este el último embate.

QUE LA AMÉRICA QUE SOÑAMOS

SE PAREZCA A LA ESTAMOS CONSTRUYENDO