viernes, 25 de febrero de 2011

ARMA DE DISPARAR DISPARATES


Tengo varias armas que por desuso no me funcionan,

pero la de disparar disparates, nunca me falla.

Gono Rea Lew

Que entrenen a hombres y mujeres en programas sociales de emergencia para que reaprendan el hábito de las caricias. Y aún más, que se haga una campaña de salud pública para la prevención de la letal tristeza permanente.

Que sea ley, que se imponga en las empresas, en la vía pública, en el transporte, en las escuelas, en el futbol, entre amigos y parejas.

Que ni porteros, periodistas, policías o soldados reciban su sueldo sin aprobar la materia. Que les vendan armas obsoletas a los ladrones que no sepan de caricias.

Y que sean inhibidos los títulos de jueces, fiscales y abogados que reprueben la materia.

Y sobre todo, que no me mires, que no me hables y que no intentes seducirme, si no sos erudito en caricias, si no sos el profesor de todos ellos.

Isabel Estercita Lew

jueves, 17 de febrero de 2011

De frente, Tristeza



Para hacerle frente a la tristeza, para desafiarla y darle pelea a fondo, para vencerla,

vale cualquier estrategia. Vale todo.

Gono Rea Lew

La tristeza es pesada, invasiva, dominante, autoritaria y suele pisar fuerte.

A la tristeza la risa no le preocupa para nada, pues la siente como una mera ventana de dientes y sonido.

Se toma su tiempo y cuando el silencio, vuelve con toda su carga, fuerza y poder.

La tristeza es invasora y dañina, cuando consigue establecerse produce cambios importantes hasta en lugares que están fuera de su área de distribución, y además poniendo en peligro el significado e identidad del receptor.

Pero la libertad la descoloca, y aunque la libertad y la estrategia no tengan nada en común, a veces se otorgan una que otra placentera relación carnal, y entre el placer, entendimiento.

Ambas saben que la tristeza no le tiene el mínimo respeto a la libertad.

A la tristeza le causa gracia la libertad y se ríe de ella, y al reírse tanto de ella le caen lágrimas de sí misma, lágrimas que la destiñen, que destiñen su identidad y entre lágrimas y risas se confunde, pierde peso, autoridad, carga, y por último su cargo, su triste cargo de tristeza.

Isabel Estercita Lew

viernes, 4 de febrero de 2011

EL TIEMPO ES UN DROGÓN MAL AMADO




Si querés perder, peleate con la soledad hasta comprobar que no tiene rivales.

Gono Rea Lew

No es fácil este adiós al que no se le agotaron los besos. Ni mantener la decisión aunque menos firme que la mirada que nos miramos luchando para despegarnos.

No es fácil esta militancia de dignidad, que prefiere matar a golpes el deseo antes de que tornarlo insignificante.

Dicen las tontas lenguas que el tiempo lo cura todo.

Tontas, pelotudas lenguas que no lamieron muertes súbitas ni le tocaron los genitales al cáncer.

El tiempo empapela con variedad de formas y consignas las paredes manchadas sangre y dolor, el tiempo es más jodido que los narcos, pues se empeña en traficar la droga del olvido consumida por los idiotas en potencial. El tiempo es un drogón mal amado, mercader y asesino del ardor, mil veces más estúpido que la esperanza del optimista. El tiempo modera y mitiga la intensidad, y para que no sufra le rompe el culo millones de veces sin que lo note.

Decidí sepultar con mis propios labios nuestros besos, decidí quemar los vestigios de nuestros cuerpos en las sábanas, decidí que nuestras charlas sean cuento viejo o la insoportable sopa que odian los niños.

Decidí amputar los caminos de nuestras manos dadas, borrar definitivamente la banda visual y sonora de nuestras vidas juntos. Decidí donar todas mis lágrimas y también las tuyas a los ríos para que desborden de penas inútiles, para que se tornen mares desenfrenados, promiscuos y violentos. Para perderme entre sus olas hasta ahogar el nosotros, para que me devuelva en resaca a esa playa mía de mí, a esa playa donde no existen nosotros.

Isabel Estercita Lew