domingo, 30 de enero de 2011

ROMANCE O COSA POR EL ESTILO DE LA BESTIA BASTANTE ALADA Y EL ABSURDO




Cuentan que era una Bestia Bastante Alada, con sexualidad definida aunque no rotunda.

Por negligencia de sus padres e descuido del resto, podría decirse que su exceso de libertad era más que genético, podría decirse, que parecía tratarse de un descuido de la naturaleza.

De todas formas creció y tuvo tetas como cualquier chica, y se enamoró varias veces como cualquier persona, hasta que se enamoró del Absurdo como casi nadie y lo besó de todas las formas como solo ella.

La Bestia Bastante Alada y el Absurdo volaban juntos aunque para distintos lugares hasta caer cansados en el mismo sitio para después amarse como bestias absurdas.

Pero un día el Absurdo se dio cuenta de que volaba, le pareció sensato y eso le dio mucho miedo, esperó a que la Bestia Bastante Alada cayera a su lado como tantas veces, y como una bestia le cortó las alas absurdamente.

Isabel Estercita Lew

miércoles, 26 de enero de 2011

Muerte de una caricia, o una caricia muerta




Estoy culo p´ arriba aprovechando mis vacaciones,

la loca y sus caricias vivas o muertas me ne fregan

Gono Rea Lew


Dicen que las caricias que no alcanzan su objetivo tienen vida corta y que por eso se mueren para siempre y aunque sepamos que la muerte es para siempre, la aclaración no redunda para aquellos que no las reconocen humanas.

Este escueto prólogo viene a cuento, pues hace unos momentos vi una caricia caer de mis manos sin mi consentimiento para luego agonizar y morir. Debo admitir que en ese momento puse todo mi empeño para tratar de revivirla, que utilicé todos los recursos y herramientas de ternura en mi haber, pero fue inútil. Ni siquiera pude darle una cremación decente, o un adiós indecente, la desgraciada caricia se evaporo como pancha por su limbo.

Yo sé que podría haberme olvidado de esa caricia inmediatamente, total a mis manos generosas ni se les ocurriría dejar de concebir caricias, pero el caso es que esas caricias tenían un dueño y no tuve más remedio que matarlo al morirse ella, y todo eso para que se acompañen en el limbo o donde sea, para que lo fue y aunque ya no sea no se muera tan solo, solito, para que al menos lo acompañe una caricia muerta.

Isabel Estercita Lew