
Hace un rato o un día se lo dije a un amigo, y realmente creo que a veces la tristeza y la hermosura pueden conjugarse en tristes hermosuras… Más o menos te lo dije...
Esta semana hablé o pensé o hablé y pensé en muchas cosas, me harté también, no puedo negarlo, no puedo evitar ese asco de los que minimizan sus insalvables diferencias a través de una fecha.
Hay gente que no me banco ni me la bancaré nunca. Eso no lo cambia ninguna fecha. Nada cambia por una fecha. Pero sin torcerme ni dar el brazo a torcer, admito que hay una gran energía festiva y sumamente deseosa de ser amigable y comprensiva hasta con lo más vulnerable de lo vulnerado.
A esta gente le digo desde lo más profundo de mí ser que se vayan a reputamadrequelosparió, que desaparezcan.
Pero a las otras, a las que aceptan durante todos los segundos del año nuestras diferencias, a las que son capaces de sonreír sin odio porque jamás odiaron aunque no estuvieran de acuerdo, a esas les digo, podemos construir, y si nuestros ladrillos son consistentes, no importa que sean diferentes, las estructuras no duran por su belleza, duran por su consistencia.
Las diferencias sanas nos llevan a debatir, y el debate a escucharnos, el escucharnos a crecer y nadie debe apropiarse de las ideas, las ideas deberían ser como un baile sin cordura, un movimiento constante y sin miedo, porque el miedo te hace esclavo y te paraliza para siempre mientras lo cargues.
No me gustan los deseos para el año que viene, me gustan los deseos a toda hora, los deseos constantes y sin instituciones, los deseos de te brindo mi brindar para siempre y cuando quieras.
Solo te pido que le des una patada en culo al miedo, que le abras la jaula a la pasión y que salgamos a vivir hoy y para siempre.
El mundo es un lugar hermoso cargado de tristezas, nosotros los paisajistas, y algunos otros codiciosos empecinados en hacerlo mierda, que festejen sus ricas miserias…
En breve habrá que bajarlos de un hondazo, no es verdad Maracuyá?
Isabel Estercita Lew