Que placer señor, aunque hasta usted pasó por el paso básico, porque para ser bailarín de su talento, o de menos del suyo, hay que pasar por el paso básico, hay que entrenar, sudar frío y caliente… tienen que doler las pantorrillas, como a mí me duelen al día siguiente, y la cintura, y las caderas, realmente me duele todo, pero ahora, que usted me concede 2 minutos de su tango, ya no me duele nada, al contrario, me desduele todo. Déjeme acomodarle el pelo, hace calor aquí. No creo poder conseguir lo que me propuse, nunca seré una buena bailarina de tango, pero este momento vale por todas las bailarinas que me soñé. Que le mire el pecho, usted me dice, que no mire el suelo, usted me dice, que junte las rodillas, que junte el corazón que se me cayó, me digo. Creo que ya no puedo respirar… vaya nomás, siga enseñando, yo lo estaré esperando, mientras tanto practico, sueño y lo observo. Qué bonito baila usted! Yo tampoco, tan poco.
Isabel Estercita Lew
Isabel Estercita Lew
1 comentario:
Excelente! y los que no sobrevivimos al paso básico, lo podemos entender más aùn.
Un beso tanguero
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