En aquel zoológico entraban todas las especies, incluyéndonos, estábamos expuestos al público y a lo público, comíamos del mismo plato, aunque no compartíamos la misma celda puesto que era necesario preservar la especie, por cierto, muchos cuadrúpedos estaban en extinción, así como algunas aves, peces y rastreros, la nuestra también, pero por elección, lo que no era el caso de ellos.
Nos adaptamos a ese medio con bastante facilidad, teníamos casa, comida, servicios médicos, e infinidad de asociaciones protectoras y entidades protegiéndonos. No éramos discriminados ni agredidos, apenas observados con más o menos interés. No pasábamos frío ni calor, estaba todo muy bien hasta que a uno de los de mi especie se le dio por hablar, que de permanecer en silencio, sin hacer absolutamente nada además de exponerse al público, nada de esto habría ocurrido.
Fue entonces que uno gritó: Pero es gente enjaulada!
Después vinieron las protestas y los cortes de jaula y el circo de siempre y de costumbre.
Nos sacaron del zoológico sin lógica y ahora estamos aquí, en las calles, nadie nos observa ni nos arroja nada. Muertos de frío, de hambre y carentes de público interesado.
Isabel Estercita lew
No hay comentarios:
Publicar un comentario