lunes, 15 de diciembre de 2008

La arenga y la Luna


A mi no me gustan ni los discursos ni los protocolos, pero este año a mis diferentes grupos de amigos se le ha dado por hacer balances en vos alta, menos mal que no se les dio por golpear la copa antes de desenfundar sus arengas.
Estas fechas me bajonean bastante, un par de veces me retobé e acabé haciendo mía, pero no voy a hablar de ese asunto, ni del discurso que no me mandé, porque lo que más me perturba en este momento es que hace tres días que no encuentro a la Luna. La última vez que la vi fuel jueves a la noche, cuando volvía a casa. Se había adueñado del cielo como un astro preñado y único. No podía dejar de mirarla y quería que todos la vieran, pero por lo visto la gente andaba cabizbaja, metida en sus asuntos o pensando en el discurso enardecedor para alguna de las tantas fiestas de despedida del año. La única que no me podía fallar era mi vieja. Me fui corriendo hasta su casa y más que contarle la arrastré hasta el balcón para que viera esa maravilla. Nos quedamos un rato largo mirándola, mamá le hablaba en voz alta como cuando piensa.
Al día siguiente, viernes, antes de empezar a trabajar prendo la radio y escucho: Hoy se verá la Luna llena más grande del año. Es una 'Luna de Perigeo' que será hasta un 14% más grande y un 30% más brillante que otras lunas llenas que hemos visto este año…
Y un monte de explicaciones astronómicas más. Al anochecer me planté en la terraza bien dotada de mi casa, la recorrí de punta a punta, pero nada de la luna. Esperé un buen rato, me concentré en ejercicios de telequinesia y traté de correr los edificios que podrían estar privándome de mi Luna. No moví los edificios y no vi a la Luna. Todo eso no logró que mi carácter perseverante u obsesivo desistiera. Al día siguiente hice lo mismo, hoy hice lo mismo, y nada de la Luna. Dónde está la Luna? Será que se cansó de tanta arenga y se marchó para otro cielo? Si es así, tendré que ir por ella.

Isabel Estercita Lew

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