martes, 25 de marzo de 2008

Otro 24 de marzo


24 de marzo, 2008

Una vez más volvemos a marchar, 32 años es demasiado, es mucho pero no es todo, por eso seguimos marchando… aún no hemos conseguido hacer las cosas bien, por eso tantas marchas separadas y tantos deseando en algún punto lo mismo pero no pudiendo acordar (que en portugués significa despertar, por algo serán lenguas latinas) en lo mismo, nos place ladrarnos, marcar las diferencias y miserablemente no aceptarlo. Es difícil explicar esto, sobre todo cuando nos lo preguntan nuestros hijos, pero así somos nosotros argentinos, más unidos por el dolor que por el amor, ¿no debería ser lo contrario? Me temo que sí, pero nuestro tango es tan pesado que de tanto lastimarnos nos place, nos place darle de comer al enemigo y luego lamentarlo.
Santa Madre, cuantas veces cantamos la ventura de tenerte entre nosotros, y sin embargo te aliaste al enemigo porque te entendió el juego, te sedujo, te cooptó, esa vieja maniobra del oficialismo. Te preguntarás qué es el oficialismo, pues a mí me sabe al que está en el poder, pero también podría ser cualquier ideología que se institucionaliza. No entiendo por qué mierda, pero es así, como si un demonio institutivo poseyera las almas que caen en su regazo versero y gusaizara dichas almas. Ironicamente el pensar en esto también me gusaniza, porque voy perdiendo esperanzas, poesía, y esa utopía que tan bien y también me alimentaba.


Isabel Estercita Lew

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